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July 3, 2008

Zimbawezuela


Paulina Gamus
Jueves, 26 de junio de 2008

"Retomemos la conciencia del Sur: de Asia, de África, de América Latina, del Caribe ¡Unámonos, sólo así viviremos y seremos libres! ", exhortó nuevamente el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, durante el encuentro que sostuvo este jueves, con su homólogo de la República de Zimbabwe, Robert Mugabe, en el salón Joaquín Crespo, del Palacio de Miraflores. Eso ocurría en febrero de 2006 y en uno de sus arranques de pasión por los dictadores que compiten por el record de permanencia en el poder, Chávez le regaló a Robert Gabriel Mugabe una réplica de la espada de Bolívar. A la frase solo así viviremos y seremos libres, le faltó agregar: ¡de hacer lo que nos dé la gana! El octogenario Mugabe que comenzó a gobernar en 1980 rodeado de una aureola de héroe, ha terminado en lo mismo todos los obsesos del poder: en ser un dictador de la peor especie, uno que ha sumido a su país en la ruina absoluta, que lo ha desvalijado, que ha llevado la inflación a cifras imposibles de creer ya que sobrepasan el 10.000%, que tiene una de las más elevadas cifras de afectados por el Sida y que, para mantenerse en la presidencia, se ha valido de fraudes y de toda la gama de violaciones de los derechos humanos.

Aquel salto hasta la América latina le sirvió a Mugabe para hacerle la octava visita a Fidel Castro desde que ambos alcanzaron la jefatura de estado en sus países. Hubo el consabido intercambio de elogios a sus respectivos regímenes y la no menos consabida ofrenda floral ante el monumento del héroe de la independencia cubana José Martí. Para ese entonces Fidel Castro de 77 años de edad, llevaba 45 en el poder.

En 2004 Chávez hizo una visita oficial a Trípoli para recibir el premio de derechos humanos "Muammar Gadafi" que el dictador libio con el mismo nombre y desfachatez le entregó. Ese criminal que hizo estallar aviones de pasajeros en pleno vuelo y que por años fue tratado como un paria internacional por su promoción del terrorismo, era entonces relativamente joven con apenas 58 años de edad. Pero lo importante para el venezolano galardonado con un premio tan dignificador, era que el epónimo del mismo llevaba 35 años mandando sin que nada indicara entonces (ni ahora) que algún suceso distinto de la muerte pudiera cambiar su status de dictador vitalicio

En 2007 Chávez visitó a Alexander Lukashenko, presidente de Bielorrusia, alguien que bien podría ser calificado como su alma gemela. No solo nacieron en el mismo año -1954- sino que ambos han echado mano de cuánto subterfugio exista para violar la constitución de sus países y perpetuarse en el poder.

Lukashenko, a quien la Unión Europea ha execrado al calificarlo como el último dictador de Europa, llegó al poder en 1994 y al igual que Chávez, se sirvió de la democracia solamente para lograr ese objetivo. Su homólogo venezolano le dijo durante esa visita de 2007: "Si hemos hecho tanto en menos de un año, no imagino lo que haremos en los próximos veinte años que vamos a estar en el poder".

No es necesario ser demasiado suspicaz o malpensado para saber lo que realmente le fascina a Chávez de la personalidad de Fidel Castro al que visita más que a sus padres en Barinas. La identificación ideológica es algo secundario, pero se siente embelesado y se le cae la baba al constatar su permanencia de casi medio siglo, no solo como dictador de Cuba sino como líder mundial de la izquierda paleolítica. De esa que tiene un solo ojo para ver los vicios del Imperialismo pero ciega para los crímenes de los tiranos siempre que éstos se proclamen enemigos de EEUU.

La reina Isabel II de Inglaterra, ha despojado a Mugabe de su título de caballero, por los asesinatos y otras violaciones de los derechos humanos que éste ha cometido para burlar la voluntad popular. Los países africanos vecinos le han pedido que retrase las elecciones para evitar una tragedia como la que vivió Ruanda en los años 90. El líder surafricano Nelson Mandela se ha adherido a la condena mundial y hasta China y Sudáfrica, de costumbre tolerantes con el dictador, han sumado sus votos a la resolución reprobatoria de la ONU. ¿Ha dicho algo el lenguaraz presidente venezolano especialista en opinar sobre todos los temas y asuntos? Ni una jota, en su opinión la espada de Bolívar debe estar en las mejores manos porque de no ser así ya debería haberle pedido su devolución.

Igual que Mugabe, Chávez ha inhabilitado a los opositores con mayor liderazgo para impedir que alguien pueda disputarle su eternidad presidencial y aunque ha tratado de amedrentar a la oposición con supuestas guerras y chorros de sangre si ésta llegara a ganar algunas gobernaciones y alcaldías, todos sabemos que Venezuela no es Zimbabwe y que Chávez no es Mugabe ni Fidel ni Gadafi y ni siquiera llega a Lukashenko. Es un pichón de tirano con las alas cortadas.

En estos días, como si se hubiesen puesto de acuerdo, he vuelto a toparme con personas que me preguntan cuándo se va Chávez o cómo vamos a salir de él. De nuevo hay una lectura equivocada de lo que significan las elecciones de gobernadores y alcaldes del próximo noviembre. Chávez no se va a ir ni va a renunciar ni lo van a tumbar porque pierda en algunos Estados y municipios importantes. Pero su poder será cada vez menos omnímodo, sus seguidores menos obsecuentes y serviles y la oposición más decidida a organizarse y trabajar para desterrarlo del poder por la vía electoral. No hay otra.

paugamus@intercable.net.ve
Zimbawezuela

Reprinted by permission of the author.
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Last updated June 22, 2003