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September 20, 2007

El Libro Rojo de Chávez | Chavez's Red Book


El Libro Rojo de Chávez
Paulina Gamus

Martes, 18 de septiembre de 2007

No debe haber sido coincidencia que el Libro Rojo en el que aparecían las sentencias y pensamientos de Mao Zedong, seguidos al pie de la letra por centenares de millones de chinos y por unos cuantos extranjeros adictos al "Gran Timonel"; apareciera y se difundiera al mismo tiempo que China padecía una de sus mayores y más terroríficas catástrofes: la revolución cultural.

Tampoco es coincidencia que la revolución educativa chavista se pretenda imponer conjuntamente con una nueva constitución que, además de permitir la perpetuación de Chávez en el poder, sienta las bases para la destrucción de los principios, valores e instituciones fundamentales de cualquier sistema democrático. Mao proclamó la revolución cultural como la manera de destruir o liquidar lo que el mismo llamó "los cuatro viejos": las viejas costumbres, los viejos hábitos, la vieja cultura y los viejos modos de pensar. La manera de llevar a cabo esa destrucción era "la persecución y derrota de quienes detentan el poder y siguen la vía capitalista, la destitución de las autoridades académicas burguesas y la abolición de su ideología". Como si fuera una casualidad, también son cuatro los pilares en que se fundamenta de la educación revolucionaria, proclamados en cadena radiotelevisiva por el Máximo Educador de la Nación: aprender a crear según la idea robinsoniana (de Simón Rodríguez y no de Robinson Crusoe, por si acaso) aprender a participar y a convivir para que los intereses colectivos estén por encima de los individuales (suena a Carlitos Marx) aprender a valorar, es decir transformar la escala de valores capitalistas por otra centrada en el ser humano (gamelote ideológico de todos los comunismos) aprender a reflexionar para generar nuevos escenarios y alternativas de acción (vaguedad con todas las características de ser producida por el Gran Gurú de las vaguedades: Rigoberto Lanz) Faltó el más importante de todos: aprender a obedecer las órdenes que emanen del máximo educador, científico, escritor, médico, agricultor, ganadero, constructor, experto petrolero, guerrero, estratega militar, estratega político, negociador de la paz, beisbolista, compositor, cantante, coplero, pintor, crítico de cine, historiador, geógrafo, antropólogo, sociólogo, psicólogo y consejero sentimental de la República Bolivariana de Venezuela. Pido perdón por omitir muchos de sus atributos y conocimientos.

El método que empleó Mao para ejecutar su revolución cultural fue utilizar a los Guardias rojos, una milicia que se dedicó a perseguir y aniquilar a los intelectuales y liquidar toda expresión cultural que en su opinión fuese revisionista, burguesa, capitalista, etcétera. Se destruyeron monumentos históricos (°Ayyy estatua de Colón!) se prohibió la música extranjera incluyendo los autores clásicos y hasta muchas de las óperas chinas. Y se llevó a la cárcel y al paredón a centenares de miles de maestros y profesores de todos los niveles. Todo aquel que fuera graduado en educación media o superior era sospechoso y en consecuencia perseguido. El resultado fue el entierro de todo el sistema educativo chino.

Además de Simón Bolívar y de su maestro Simón Rodríguez, evidentemente imprescindibles, el más emérito Profesor de la Patria incorpora como inspiradores de su revolución educativa a Ezequiel Zamora y al maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa. De esas cuatro figuras egregias de la gran revolución educativa, quien más llama la atención es Ezequiel Zamora.

Sabemos que era un luchador por la igualdad social, los derechos de los campesinos, la justa distribución de la tierra y -lo más educativo de todo- que proclamó la muerte a los godos (oligarcas o escuálidos de la época) Pero ¿cómo podría un bodeguero de Villa de Cura que apenas recibió educación formal inspirar el modelo educativo del socialismo del siglo XXI? Todo tiene su explicación: de su amor por el trabajo desplegado en su tienda de abarrotes vulgo bodega, se deduce que él hubiese deseado la reedición de las escuelas técnicas lo que haría posible el desarrollo endógeno de proyectos productivos.

Creo, sin una pizca de ironía, que es lo más importante y digno de destacar en el proyecto de reeducación de los venezolanos que se propone el chavismo.

Este país clama por plomeros, electricistas, mecánicos de automóviles, carpinteros y, en general, personas que no necesiten de ningún título universitario colgado en una pared, para ser útiles a la sociedad y lograr para sí mismos una posición económica holgada. Mucho más que la de tantos graduados universitarios hoy desempleados o sub empleados. Pero como la revolución chavista se ha caracterizado por la compra de conciencias a cambio de dádivas que estimulan la vagancia y las manos extendidas de la mendicidad, uno llega a temer que esa exaltación del trabajo como un valor pueda estar inspirada en la revolución cultural que sumió a China en la burralidad más absoluta por más de una década: fueron los intelectuales y maestros acusados de burgueses, revisionistas y capitalistas, quienes eran enviados a trabajar como esclavos en el campo.

En cuanto al maestro Luis Beltrán Prieto es menester preguntarse cómo es que un fundador de Acción Democrática, que formó y lideró a centenares de maestros adecos, que fue el gran ideólogo de la educación que se impartió en los dos gobiernos de Rómulo Betancourt (1945-47 y 1959-64) y en el de Raúl Leoni (1964-1969) deviene en icono del chavismo. No creo que haya nada que agregar a lo que publicó el educador chavista Julio Mosquera en el periódico digital también chavista, Aporrea, el 11 de agosto de 2005. Bajo el título de "Prieto Figueroa, pedagogo de la derecha". Después de una serie de consideraciones según las cuales Prieto siempre fue ideológicamente adeco y además derechista, Mosquera transcribe una carta enviada por su hijo Luís Prieto Oliveira, al entonces ministro de Educación Aristóbulo Istúriz de la que a continuación copio algunos párrafos: "Le advierto, de la manera más enérgica y categórica, en nombre de Luis Beltrán Prieto y Cecilia Oliveira, que siempre fueron enemigos de lo que usted hoy representa, que se abstenga de usar sus nombres y ejecutorias para falsear la verdad y desorientar ha nuestra juventud. Me consta, porque hablé largamente con él en febrero de 1992 y en fechas posteriores, que mi padre sentía profunda repulsión por Chávez y sus compañeros sanguinarios y rechazaba el concepto golpista y las intenciones de quienes querían subvertir el orden y conspirar contra la democracia. No pongan ustedes en la boca de mi padre cosas que nunca hubiera dicho, ni lo usen para respaldar acciones que hubiera combatido, como siempre lo hizo. No confundan la actitud de un humanista y de un político convencido de que la educación es el camino de la grandeza, con un supuesto apoyo a sus ideas disociadoras, destinadas a asesinar el espíritu de nuestros niños y convertirlos en títeres de una dictadura tan cruel y malvada como el modelo cubano del cual ahora se sienten tan orgullosos."

La revolución cultural de Mao Zedong fue tan desastrosa que acabó con el régimen comunista que aquel impuso; el librito rojo quedó como pieza de museo y China se transformó en el país del mundo en el que impera el más salvaje de los capitalismos.

Del comunismo maoísta solo quedan la represión y la falta de libertades, pero los jerarcas del régimen cambian de acuerdo con las circunstancias. Ninguno es vitalicio como lo fue Mao o como lo ha sido Fidel Castro y como pretende serlo el maestro Chávez, no el papá que de verdad enseñaba en una escuelita rural, sino el hijo que cree serlo en todas las ciencias inventadas y por inventar.

paugamus@intercable.net.ve

El Libro Rojo de Chávez - Chavez's Red Book

Reprinted by permission of the author.
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